La complexión del alma



Más allá de una definición del tipo filosófica y religiosa, quisiera charlar de la conformación física de la misma, y hasta dónde llega.

Para entender la sede de la consciencia y el alma es preciso declarar que existen niveles de agregación de la existencia más abajo que las partículas sub atómicas que forman los átomos.

Las partículas sub atómicas están en el orden de los 10^-21 metros, mientras que las partículas etéricas están en el orden de los 10^-28 metros.

O sea, el cuerpo etérico es el alma, y el la sede final de la consciencia. El cuerpo físico se comunica con esa consciencia por medio de ciertas estructuras atómicas formadas por moléculas de proteínas.

Cuando el alma encarna se arma ese punto de comunicación entre el citado nivel atómico, sub atómico y etérico.

A su vez, el nivel etérico forma un manto de energía que circula alrededor del cuerpo, tomando los meridianos corporales como puntos principales. En la cabeza es el entrecejo, y en el cuerpo es el tan tien, que está en el ombligo.

Ese campo etérico no puede ser atravesado por entidades etéricas, a no ser que esté debilitado o tenga huecos, entonces las entidades etéricas que existen pueden entrar en el cuerpo físico y ubicarse en órganos físicos determinados.

Es decir, así como el alma usa el cerebro para encarnarse, las entidades malignas etéricas usan órganos del cuerpo también para encarnarse y llevar a cabo maldades predeterminadas.

Cuando la persona muere, ese cuerpo astral o etérico es tomado por los regentes planetarios, y llevado hacia otros planetas, o es encarnado en el mismo. El alma pues, vuelve al universo. Para eso sirven las pirámides, aunque en la Tierra las pirámides están inactivas, y hay dispositivos ocultos en el espacio que hacen ese trabajo, pues como sabrán, la Tierra está bajo secuestro.

Es el cuerpo etérico el que porta las enormes capacidades humanas, aunque a veces puede estar corrupto, como el cuerpo físico también puede estarlo.

- Lagak (Leonardo Betetto)