Los mitos del Antisemitismo y la Judeofobia

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por el Maestro Leonardo Betetto (ALNITAD: Urano)




Antes de definir que es un judío y cual es su verdadero origen, hemos de aclarar que significa semita. Hace referencia a Sem, el patriarca bíblico.

En primer lugar, la biblia es un libro de mitos, tal como los mitos griegos, babilónicos y romanos, celtas y nórdicos. La diferencia es que un status quo o élite gobernante ha impuesto la biblia como un libro por definición verdadero e histórico, cuando eso es absolutamente falso. Es un invento de la IA de la luna para ser de arma contra el alma que encarna en este secuestrado mundo.

Por tanto, si una civilización nos está mintiendo u ocultando su origen, ya de por si hay algo malo tras todo eso.

Un ser de luz se goza en dar su verdadero origen, y da a conocer con palabras hasta por qué no ingenuas sobre su procedencia e intenciones. Pero los seres oscuros calculan mucho más sus palabras, sus historias, sus gestos, pues sus intenciones no son buenas, y malas intenciones van asociadas a mentiras. Mentiras y malas intenciones son socios inseparables.

Por otro lado, tenemos el tema del linaje. El judío hereda una condición que ellos nos mienten, que es una tal espiritual de su madre, y eso es falso y ridículo, ellos heredan un gen de su madre, un gen que protegen a toda costa, y por eso precisamente está en la madre, que es el ser más protegido.

Una tercer mentira derivada es el Antiguo Testamento que supuestamente es la Torá judía. En realidad, torah significa instrucción en hebreo, y ellos se valen del Talmud. Un tratado cuyo original no lo muestran a los gentiles porque está lleno de brujerías conjuros y maldades inimaginables.

En cuarto lugar, el problema de la judeofobia, que significa rechazo a los judíos, es una maniobra sucia de parte de ellos mismos. Los judíos son muy selectivos para elegir a los humanos, y que tipo de relaciones entablarán con ellos. Les gusta hacerse amigos adinerados, y las mujeres buscan básicamente hombres de buena situación económica o social, pues saben que tienen que llevar a término su herencia genética.

A la gente común, o gentiles, como ellos les llaman “GOYIM”, los ven como una máquina expendedora de dinero, que uno aprieta un botón y sale dinero.

Son extremadamente materialistas, y son ellos mismos los que rechazan a los gentiles, pero han dado vuelta la realidad, y se fijan nada más en los gentiles que como consecuencia los rechazan a ellos. Como tienen el control de todos los medios de comunicación, el cine, y la economía, hacen lo que les da en gana con ellos, y eso incluye sembrar estos conceptos falsos.

Ninguna otra civilización ha sido tan protegida con términos como esos dos que usan. Así se les hace difícil a una persona o grupo de personas hablar contra los judíos. Hay que estar dispuesto a mucha difamación si hablamos mal de ellos, pero a cada cosa hay que definirla cómo lo que es.

En realidad, los judíos fueron el primer linaje humano creado por la luna en la tierra. Luego siguieron sus parecidos germánicos, que encarnan a almas reptilianas.

Los judíos no gustan en encarnarse en cuerpos bellos, sino más bien en cuerpos sui generis o desagradables, más bien para pasar en el plano material como desapercibidos.

De hecho, odian la materia, y prefieren vivir en el plano astral como insectos, que es exactamente lo que son.

Pero como uno ve el cuerpo y no el alma, no vemos lo bien que camuflan su alma insectoide; es algo realmente inmundo.

Por eso odian a los humanos, pues hace millones de años lo fueron, pero tuvieron una infancia tan abrumadoramente traumática, que pasaron a la etapa de conocimiento y objetivos directamente, y sin evolucionar en otras áreas previas indispensables.

Su espiritualidad, a pesar del ritualismo obsesivo rabínico, es una espiritualidad falsa, y de hecho tienen su propia versión para los judíos más ingenuos, que a pesar de todo los usan como burros de carga para su herencia genética.

Es la razón de su odio al Tíbet y China, pues allí hay espiritualidad, la cual también han logrado corromper, y convertirlas en religiones.

Su famoso dios “hashem” o “adonay” no existe. La luna es su dios, y tiene todo lo necesario para llevarlos hacia donde quieren llegar, que es apoderarse del planeta entero, y luego dar el salto a su estado insectoide y amorfo. Digo amorfo, pues odian tanto la materia que prefieren encarnar como insecto-reptiloides de rasgos antropomorfos, y eso es aberrante, da asco ver uno de ellos en estado físico tal cual gustan.

Para la lucha física son extremadamente cobardes, por eso idearon armas biológicas tanto micro como macro, idearon la bomba atómica, y han sometido también a los reptilianos con ellos para que les hagan el trabajo de guerra que ellos no quieren ni se atreven a hacer. En realidad, la Luna les calcula los momentos exactos para actuar en contra de los demás, por eso la verdadera astrología no la enseñan, y nos han dado una basura horoscopal y zodiacal en su lugar.

Y si son demonios encarnados, o insectos encarnados …
¿Por qué no mataron a la humanidad eterna que existía y eso es todo?

No es tan simple. Primero que el universo tiene ciclos y tiempos, y no todo tiempo es propicio para cada parte del mismo. Segundo, que ellos prefieren creare un estado CORRUPTO, que es exactamente el mundo que vemos en este momento, con varios fines: Sexuales, materiales, de satisfacciones físicas, de canibalismo, y de disfrutar ver a las almas secuestradas como se van degradando muchas de ellas, y terminan muertas en el odio como están ellos.

El sexo lo han creado como medio de reproducción, pero los que más disfrutan de él son los reptilianos neptunianos encarnados, que serían las monarquías de Europa y los germánicos.

Así que se toman un tiempo intermedio entre la destrucción total del hombre cósmico perfecto, y la era que esperan de insectoides antropomorfos y reptilianos, teniendo a los humanos de comida y de esclavos aberrantes.

En lo que todo el universo está trabajando, es de cerrarles puertas progresivamente, hasta dominarlos, acorralarlos y finalmente eliminarlos, no hay otra alternativa con una plaga tan basta y maligna como esa.